Aprovecharse del Uso de Cookies

Un elemento que hace la selección conductual más atractiva es la creciente capacidad de las compañías  para recoger y registrar comportamientos. Esto se consigue mediante el uso de cookies, que son pequeños códigos que hacen posible que las empresas rastreen cómo se comporta la gente en Internet sin recoger ninguna información concreta de esas personas.

 

Una empresa sitúa una cookie en el disco duro de un usuario, y después utilizando esa cookie rastrea qué busca ese usuario en Internet, y a continuación dónde viaja el usuario dentro de esos resultados de búsqueda.

 

Supongamos que estamos considerando la compra de un coche híbrido. Lo primero que probablemente hagamos es investigar coches híbridos en Internet. Si una compañía dedicada a las búsquedas está rastreando nuestros movimientos de búsquedas, sabrán que estamos investigando coches híbridos.

Por ahora no estamos preparados para comprometernos en el proceso de compra, por lo que el anunciante retrasa sus anuncios, puesto que no quiere pagar por una exposición que no le dará como resultado ninguna conversión. No obstante la compañía que colocó la cookie en nuestro ordenador puede seguir monitorizando nuestras búsquedas y movimientos en Internet. Entonces, cuando comenzamos a buscar la frase “comprar un coche híbrido” o una similar, la compañía de búsquedas alerta al anunciante, quien sitúa un anuncio delante de nosotros. Esto garantiza que estamos en la disposición correcta para ver el anuncio, que implica que con mayor probabilidad haremos clic en el anuncio y conseguiremos un objetivo de conversión.

 

El elemento verdaderamente útil del uso de cookies no es que estemos rastreando los comportamientos de los usuarios, sino que estamos encontrando esos clientes potenciales en el lugar donde con mayor probabilidad harán una compra.

 

Pero no solo existen los anuncios pre-compra. Los anuncios postbúsquedas (los que ofrecen servicios o productos relacionados adicionales), también forman parte de la selección conductual y uso de cookies. También son diseñadas con landing-pages y banners bien estructurados para convencer al usuario.

 

El uso de cookies tiene los siguientes métodos para evaluar el comportamiento:

 

El comportamiento esperado.

El comportamiento repetitivo. Usuarios que saltan a nuestro sitio en una página concreta o en un momento determinado repetidamente. Esto nos posibilita definir patrones de comportamiento que conllevan decisiones de compra.

 

Además de estas categorías generales de evaluación de cookies, hay más categorías concretas:

 

• Usuarios de móviles.
• Usuarios de tablets.
• Usuarios potentes de Internet (que siempre están conectados).
• Jugadores.
• Compradores de coches.
• Compradores de viviendas.
• Inversores privados.
• Compradores que utilizan tarjetas de crédito.
• Madres embarazadas.
• Veraneantes.
• Buscadores de hoteles.
• Aficionados al cine…

 

Si hemos descubierto que mucha gente compra desde nuestra web, pero primero hacen clic en uno de los posts y observamos esto en varios usuarios, podemos deducir que si incluimos contenido relevante adicional en ese post, será más probable que los usuarios hagan clic.

 

El problema con la cookies es que no se pueden supervisar todos los comportamientos porque cada buscador puede supervisar comportamientos diferentes.

 

No existe una ciencia exacta que nos diga qué comportamientos conducen definitivamente a una venta; sin embargo hay algunos indicios con respecto al momento ideal para situar nuestro anuncio delante de los usuarios. Incluso podemos incluir una cookie que nos ayude a excluir a visitantes que ya han alcanzado la conversión de objetivo que hemos establecido.